En este programa vamos a tratar las creencias y rituales de la cultura turca en el marco de las tradiciones y costumbres. Cabrá hacer una evaluación sobre el lugar y la importancia de la familia en la que se observan estas costumbres y tradiciones.

Uno de los fundamentos más importantes que forman la sociedad es la familia. Desde Asia Central hasta Anatolia la familia fue una estructura que siempre perduró. La familia es una pequeña estructura social en la que se comparte, se muestra cariño y compasión, en la que se hacen sacrificios. En el pueblo se anima la formación de una familia con la idea de que “un sólo árbol no puede constituir un bosque”.

Tenemos muchos proverbios que destacan la importancia de la familia. Las familias se forman según la estructura de la sociedad de la que suponen una parte. En la antigua tradición de los estados turcos se le dio un prestigioso lugar a la mujer, al estar al lado de su marido llamando así la atención a su estatuto en el matrimonio. En ceremonias y festividades, la mujer se situaba a la izquierda del emperador expresando desde allí sus opiniones en asuntos políticos y administrativos. Las órdenes empezaban con estas palabras: “El emperador y su mujer ordenan…”

Ziya Gökalp decía: “La novia y el novio no se quedaban ni en la casa del padre ni en la de la novia, se mudaban a una nueva casa. Por eso tras cada matrimonio, el matrimonio entre los turcos significaba la formación de un nuevo hogar. Por eso se dice también “tener una casa” cuando se habla del matrimonio. “

Como los antiguos turcos eran comunidades emigrantes, la familia se formaba de madre, padre e hijos. La familia se basaba en afecto y respeto mutuo. Ya que la familia supone la forma pequeña del estado, en la familia patriarcal el padre suponía el líder de la familia y el padre reprensaban al estado. La madre por su parte regulaba el equilibrio en la familia y mantenía así de pie a la familia. Estas familias que se basaban en el afecto y respeto, suponían el fundamento de una sociedad fuerte. Mientras el padre tenía la palabra, se le pregunta a la madre por su opinión en cada asunto. La herencia del padre se transfería directamente a la madre.

En las leyendas que presencian el pasado de una nación, el héroe elige a la persona con la que se quiere casar y lucha para conquistarla. Esta situación también es así para las mujeres. En el libro de “Dede Korkut” (Abuelo Korkut) que es una de las obras básicas de la literatura, cultura, filosofía y el idioma turcos, se revela explícitamente la importancia de la familia. En cada uno de los cuentos de Dede Korkut se resalta el afecto y respeto mutuo entre la esposa y el marido y su fidelidad.

Otro punto que llama la atención en los cuentos es cómo se hablan los cónyuges. Las palabras que se usan manifiestan la fidelidad y el buen diálogo entre ellos. Dirse Kan (“Kan” es un título turco-mongol que significa máximo gobernante) decía a su esposa: “Ven, mi destino, la reina de mi hogar, mi mujer, mi soporte y la madre de mis hijos”. Y la esposa decía eso: “Ven Dirse Kan, el rey de mi hogar, el hombre al que quieren mis padres y el hombre al que respetan, el hombre con el que comparto mi cama, para quien moriría”. Estas palabras usadas por los cónyuges manifestan el cariño y respeto entre ellos y refuerzan el matrimonio.

En la sociedad turca vale la monogamia. También en las leyendas y en Dede Korkut no se encuentra nada que señale más que un matrimonio. Dirse Kan, que no tiene hijos, le pregunta a su esposa el motivo de eso pero no considera nunca casarse de nuevo. En la Leyenda Manas también el Cakip Kan no tuvo hijos durante varios años pero su reacción fue nada más que un pequeño reproche.

El respeto y la fidelidad forman la base del afecto entre los cónyuges. Las mujeres que mandaron a la guerra a sus maridos y les esperaban durante años, preservaron su matrimonio y honor por encima de todo suponiendo el mejor ejemplo de fidelidad y lealtad. En el cuento Uşun Kocaoğlu Sekrek” de Dede Korkut, la mujer joven que no tenía otra opción que esperar a su marido desde el minuto en el que se casó, reveló el perfil del comportamiento honrado, fiel y virtuoso dentro del matrimonio. Y lo que le dijo esta mujer a su marido supone un muy buen ejemplo para eso:


“Mi héroe yo te espero durante un año
Si no vienes en un año, te espero dos años
Si no vienes en dos años, te espero durante tres o cuatro años
Si no vienes en cuatro años, te espero durante cinco años
Pregunto por ti a quien vea
Al que me de una buena noticia, le doy ropa
Ropa preciosa que merecen los señores”

La espera triste pero decidida refleja el valor y la importancia que da la mujer a su esposo y matrimonio. Con esta silenciosa pero decidida espera la mujer anatólica fue la héroe durante diversas guerras. La mujer que se dirige a su marido dice: “Si después de ti llego a querer a otro hombre, entonces, que él sea una serpiente que me pica”. El valor, la fidelidad y lealtad que se muestran los cónyuges, exalta la familia.

En los cuentos de Dede Korkut llama la atención la fidelidad entre todos los miembros de la familia. Ellos tienen lazos muy cercanos entre sí. Un elemento importante en la estructura familiar de los antiguos turcos fue “respetar al que es mayor y mostrar compasión al que es menor”. Como revela el proverbio “si existe orden una casa, no existen intrigantes”. La educación depende primero de la familia antes de las instituciones educativas, para poder criar individuos fuertes, a quienes les importan la ética, el respeto y los valores morales.

La primera y más básica misión de la familia es criar hijos que sean favorables para la familia y sirvan bien a la nación y patria. En los cuentos de Dede Korkut eso se refleja de esta manera: “La hija no lo hace si no se lo muestra la madre, el hijo no cuida el hogar si no se lo muestra el padre. El hijo es el secreto del padre, es uno de sus ojos. El hijo bajo el amparo del estado refuerza el hogar, el hijo sin el amparo del estado perjudica al hogar”.

La importancia de la familia y el matrimonio para los turcos no cambió desde Asia Central hasta Anatolia. Junto con el Islam, eso adquirió aún más importancia. El profeta dijo eso sobre el tema: “Ante Dios, no se formó ninguna otra estructura más valioso y bonita que el matrimonio. El matrimonio es una obligación. Entonces, el que no obedezca a esta obligación, no estará a mi lado”.