Aunque hoy en día los partos se realizan en los hospitales, en el pasado se hacían en casa con la ayuda de una matrona. Al igual que el parto, también era algo importante cortar el cordón umbilical del bebé. Lo primero que se hace tras el parto es cortar el cordón umbilical, así se pone un fin al lazo físico entre la madre y el hijo. Al hacer eso se le da al bebé un nombre que se llama el “nombre umbilical”. En Anatolia domina la creencia de que en la otra vida el niño se llamará con su nombre umbilical. Al cortar el cordón umbilical se le suele dar a los niños uno de esros nombres: Ahmet, Mehmet, Hasan o Hüseyin y a la niñas Ayşe, Fatma o Zeynep. Estos nombres son de origen islámico. Este es el nombre que se le da al bebé en el mismo instante del corte, el otro nombre se le da después.

El cordón umbilical se entierra en un pozo. Se le cuida mucho la parte del cordón que se queda en el ombligo hasta que ésta se desconecte. Hay ciertos rituales en Anatolia acerca de lo que se hace con esta parte. Esta parte tampoco se tira en cualquier lugar. Es muy importante dónde enterrarlo. En las aplicaciones se suele hacer una conexión con el lugar a escoger para enterrarlo y el futuro del bebé. Para que el niño reciba una buena educación, se suele enterrar el cordón en el jardín de un colegio. Para que tenga una creencia religiosa fuerte, se suele enterrarlo en el patio de una mezquita o también se suele meterlo en un baúl en la casa. Hay regiones donde el cordón se tira al agua para que el carácter del niño sea tan puro como el agua. Otra cosa que se hace es colocarlo en algún lugar alto para que luego en su vida profesional alcance puestos altos. Si se trata de una niña, lo que también se hace es poner el cordón en un apropiado lugar en la casa para que tenga un matrimonio y un hogar felices. Domina una creencia general sobre el lugar donde no se debería colocar el cordón, este lugar es la calle. Se cree que si el cordón umbilical se tira a la calle, el niño siempre quedará en la calle. El dicho de Anatolia “Su cordón umbilical se cortó en la calle” se refiere a esta creencia.

En cuanto a la madre que acaba hacer el parto; es tradición ponerla en su cabello una cinta roja y también se suele vestir en rojo para que esté protegida de los malos espíritus en los que se cree desde los tiempos de Asia Central. La característica sagrada del color rojo en la cultura turca se origina en Asia Central. Se le suele colocar utensilios de hierro, cuchillas y agujas por debajo de la almohada de la madre. Siempre hay un Corán en la habitación donde se encuentran la madre y el hijo. Durante 40 días no se suele dejar solos a la madre y el niño y nunca se apaga la luz de la habitación donde están. Se adorna con cuentas azules la cuna del bebé junto con la escritura “maşallah” que es una palabra de alabanza y al mismo tiempo protege del mal de ojo. No se muestra el bebé a las personas sobre las cuales se piensa que miran con mal de ojo.

La cuna del bebé, las mantas, el colchón y su ropa se prepara por la abuela como regalo. Eso se llama la “dote del bebé”. Principalmente la madre y los mayores de la familia, y también otros familiares le regalan monedas de oro al bebé. Los amigos y vecinos que vienen a visitarle traen consigo diversos regalos. Se prepara el “sorbete de loğusa” que se ofrece a los visitantes. Loğusa es la palabra que se refiere al período postnatal de la madre que abarca 6 semanas tras el parto porque estas 6 semanas suponen el período en el que se recupera la madre. El sorbete de loğusa de prepara con agua, azúcar, clavo y azúcar de loğusa. Generalmente el sorbete se prepara por las abuelas. Para las personas que hoy en día no saben cómo preparar este sorbete, es posible comprarlo ya preparado en los supermercados. Se suele servirlo con avellanas o nueces rostizadas encima. En el período postnatal es importante la alimentación de la madre para que tenga mucha leche. Generalmente debe comer cebollas, melaza, halva, que es un postre preparado con sémola, diversas especias y dulces. Suele beber agua tibia. Además se le da de comer mantequilla y miel tras asar esta mezcla. En general la madre da el pecho al bebé durante un año.

Las aplicaciones y creencias después del parto se enfocan en la protección de la madre y del bebé. En la cultura turca es importante el número 40. Se cree que la madre “loğusa” no se recupera antes de que pasen 40 días. Incluso domina la creencia de que ‘está abierta la tumba de la madre’ durante estos 40 días. En esta época también el bebé es vulnerable ante enfermedades y energías negativas. Por estos motivos se les cuida muy bien a la madre y el bebé en estos primeros 40 días.
En este período el bebé no se saca afuera si no hace falta. Esto es una aplicación útil para que en esta época el bebé se proteja de infecciones.

Además en este período no entran en la casa donde está el bebé las personas recien casadas, las personas que vienen de un viaje y las que tenían un funeral en su familia. Esto se llama “mezcla de 40” y se cree que el bebé puede contagiarse con alguna enfermedad al encontrarse con estas personas. Cuando ya pasan estos 40 días, se organiza una pequeña ceremonia. Al principio de la ceremonia se lava al bebé y se le echa agua con un recipiente especial. En algunas regiones se colocan 40 pequeñas piedras en la bañera del bebé. Luego, el agua con el que se lavó al bebé se echa al pie de un árbol donde nadie pisa. Tras esta aplicación el bebé se lleva a visitar a los familiares. Si la casa a la que se va primero es una casa rica, entonces se cree que el bebé también será rico. El anfitrión de la casa le da un huevo al bebé al partir. Esto significa que tendrá hijos luego en su vida y asegurará la continuación del linaje. El anfitrión también le toca el bebé con harina en sus mejillas, su mandíbula y cabello y esto quiere decir que tendrá una larga vida.

Estas creencias y rituales varían de una parte a otra en Anatolia y siguen siendo preservados hasta el día de hoy. Todas estas creencias y los rituales tienen un sólo motivo: todos se enfocan en la protección de la madre y del bebé y le desean al niño una larga vida.