Cada nación tiene sus propias tradiciones para el bautizo. El bautizo es un tema importante por los aspectos tanto cultural y social como religioso. Los nombres con los que se bautizan los niños reflejan el estilo de vida de la nación, su manera de pensar y su estructura social. En la cultura turca se cree que el nombre tiene una influencia en el carácter de las personas. La palabra que llega a oír más una persona en su vida es su nombre. Es muy generalizada la creencia de que el nombre influye los pensamientos, emociones, modos de actitud, el futuro, la posición social y el éxito de la persona igual que el significado del nombre se refleja a su poseedor. Por eso es obvio que esta creencia afecta la elección y el modo de elección del nombre con el que se bautiza el niño.

En el período de transición de Asia Central a Anatolia fue un importante elemento de la cultura turca el bautizo y aparte la ceremonia de bautizo. En los tiempos de los antiguos turcos el nombre se le dio al niño por una persona respetable del clan, un significativo invitado, una persona sabia o un religioso. En los Cuentos de Dede Korkut (Abuelo Korkut) el nombre del héroe se le da por Abuelo Korkut mismo. El nombre que se le da al bebé tras el nacimiento por la madre y el padre no es el nombre real del niño. El nombre real lo merece después de haber realizado una hazaña al llegar a la edad de adolescencia.
Entre los antiguos turcos el bautizo del niño tras realizar una hazaña se cuenta entre las principales tradiciones de bautizo. Como es el caso en los ejemplos Alp Arslan, Alp Bilge, Alp Giray, Alperen, Alp Er Tonga, la palabra “alp” que significa valiente se añade muchas veces como adjetivo al principio del nombre. Los niños que suelen ser llamados con la palabra “adsız” que quiere decir “sin nombre” hasta recibir un nombre merecido, también pueden quedarse así sin nombre durante toda su vida. En los Cuentos de Dede Korkut
El hijo de Dirse Khan llega a luchar contra un fuerte toro y le mata. Después de esta lucha recibe el nombre Boğaç que se origina en la palabra “Boğa” que significa toro en turco.

En la época islámica, junto con el sistema de creencias y valores, se cambió en la cultura turca también el modo de bautizo. También en este período son determinantes los factores personales y sociales. Son influyentes en el bautizo las creencias de la madre y el padre, su formación, sus preferencias personales, familias, gustos, el ambiente social que les rodea y las tradiciones. Es muy común en Anatolia usar nombres del Corán. La persona que quiere bautizar su hijo con una palabra del Corán abre una página del mismo y empieza a leer y elige la palabra que puede servir como un nombre. La hija del Sultán Abdülhamid segundo, Ayşe Osmanoğlu, menciona en su libro en el que habla de su padre, que en el Palacio Otomano se recurría mucho a esta tradición a la hora de un bautizo.
Las creencias y los rituales en Anatolia en relación con el bautizo son muy similares. Generalmente en una ceremonia de bautizo se suele dar un banquete a los familiares y amigos.
En la ceremonia se leen oraciones y el nombre del bebé se le susurra al oído tres veces. El bebé se coloca de tal posición que mira a la dirección de la Meca.

Primero se le bautiza al bebé con el segundo nombre. Este nombre se le da al bebé justo después del corte del cordón umbilical o más tarde. Normalmente estos nombres son palabras originadas en la religión. Y luego el nombre real del hijo se le suele dar con una ceremonia dentro de tres días tras el nacimiento. El bautizo con el nombre elegido se realiza por una persona mayor de la familia o un clérigo. Esa persona pronuncia oraciones en el oído de derecha del bebé. Y en el oído de la izquierda le confirma la existencia de Dios que se llama “kamet”. Esto es la primera instrucción de fe aplicada al bebé. El kamet contiene estas palabras: “Dios es el mayor. Soy testigo de que no hay otra divinidad que Dios. El profeta Mahoma es su representante. Vamos a rezar, vamos a conseguir nuestra salvación. Dios es el mayor. No hay otra divinidad que Dios”.

La persona que le bautiza al niño reza para que tenga una vida feliz y sea una buena persona favorable para su familia, religión, nación y comunidad. Al bautizarle susurra el nombre tres veces en el oído del niño. Esta aplicación se origina en el Islam. Santa Fátima le coge a su hijo Hasan, el nieto del Profeta Mahoma, cuando nace y le pronuncia oraciones en el oído y luego le bautiza.

Lo que importa a la hora del bautizo es escoger un nombre con un sentido bonito. Entre las recomendaciones del Profeta Mahoma para los padres halla lugar bautizarle a sus hijos con nombres bonitos. “El día de Apocalipsis se les llamará con sus nombres y los de sus padres por eso elijan nombres bonitos”. El Profeta Mahoma cambió los nombres con negativos significados de muchas personas por otros con significados bonitos. Muchos sabios musulmanes hicieron mención a la importancia de la influencia positiva o negativa de los nombres.

En algunas zonas de Anatolia se da un banquete el séptimo día después del nacimiento del bebé. Tras el bautizo el bebé pasa de un regazo a otro. Cada persona que coge el bebé le desea lo mejor de todo, una vida feliz, larga y sana y le da regalos. Después se leen oraciones del Corán.

Una de las divulgadas aplicaciones en Anatolia es cambiar el nombre del bebé si se infecta con enfermedades con mucha frecuencia o si le ocurren cosas malas. Entonces se dice que “su nombre le trajo mala suerte” y lo cambian. El cambio del nombre se realiza basándose en implementaciones islámicas. Al cambiarlo se sacrifica un animal y se lee del Corán.

Anteriormente sucedía mucho que los niños recibían los nombres de días o meses religiosos, de personas queridas, personas sagradas o de los mayores de la familia, especialmente de la familia del padre. Hoy en día los padres eligen el nombre que quieran.

Para concluir, se puede decir que en el fondo la nación turca bautiza a sus hijos considerando la estructura social y cultural de la familia, sus creencias, tradiciones e incluso su tendencia política.