En las leyendas míticas se encuentran algunos datos sobre los perros. Dios dejó al perro al lado de los cuerpos humanos al crear al hombre. El Demonio le promete dar un cuero al perro para que lo llevara en el invierno y que se lo quitara en el verano y le pide que deje solo al hombre. El perro nunca se puede quitar el cuero porque Dios le castigó por haber dejado solo al hombre con el Demonio.

En Anatolia se encuentran muchas creencias sobre los perros. El perro es el animal más fiel a su amo. Por lo tanto se crían perros en las casas con jardín, pero nunca se permite que entren en el hogar. Se dice que la casa donde hay un perro no podrá ser visitada por los ángeles. Cuando un perro se alza la cabeza y aúlla, eso se comenta como un augurio malo. Se dice que llegará noticia de la muerte cuando un perro aúlla mientras se lee la oración en una mezquita. Cuando un perro ladro sin motivo alguno, eso podría ser la señal de un terremoto, creencia muy común en Anatolia.

Se cree que la persona que tiene miedo de los perros exhala un olor peculiar, que provoca que los perros ataquen a esta persona. En Anatolia se pone la hierba de “sanguis draconis” en un vaso de agua para que la persona pueda superar su miedo. Cuando un perro ladra mirando a la luna, eso será la señal de que habrá frío. Cuando el perro se tumba al suelo eso será la lluvia. Si los perros ladran detrás de los féretros, habrá otro funeral en aquella calle. Además, se cree que los perros pueden divisar a Azrael, ángel de la muerte.


Otro animal que se quiere en Anatolia es el gato. El cariño hacia los animales en Anatolia es el valor dado a los seres vivos en la religión islámica. El cariño del Profeta Mahoma hacia los gatos es la evidencia de ello. Según los hadices, la misericordia mostrada hacia los animales tendrá su recompensa. Mahoma dice: “Los que no tienen lástima por los seres en la Tierra, no serán perdonados por los del Cielo”. Cuidar de gatos es una sunna según el Islam. Mahoma tomó medidas para que una gata que amamantaba a sus críos no fuera aplastada por los soldados durante la campaña militar. Después, adoptó la gata y le bautizó como “Müezza”. En el paladar superior de la gata se encontraban manchas. Se dice que los gatos que tienen manchas en el paladar superior son del origen de Müezza. Un día, Mahoma no despertó a su gata que dormía sobre su túnica, en cambio cortó una pieza de su ropa. Un día, una persona encontró un gatito en la calle para darle de comer. Cuando se encontró con Mahoma ocultó al gato en su rebeca. Mahoma le preguntó qué escondía debajo de su rebeca. Y el hombre le mostró el gatito. Mahoma rozó al gatito y le dijo al compañero: “Tú eres el padre de gatos”. A partir de entonces, este compañero empezó a llamarse “Abu Huraira”, que significa el padre de los gatos.

En Anatolia se encuentran tantas creencias sobre los gatos. Se dice que el gato dorado y gato atigrado son buenos; se cree que el gato negro es mala suerte. Cuando hay disgusto entre dos amigos, se dice “hay un gato negro”. Cuando hay cinco líneas en la cabeza del gato atigrado, se cree que la mano del profeta ha tocado a este gato. Se dice que un gato que aparece en la oscuridad es la mala suerte. Será peor si uno lanza piedras, le pega y deja hambriento a este gato. Si el gato se lame la pata eso es la ablución. Los turcos en Asia Central traen un gato a una nueva casa antes de mudarse. Si el gato entra en la casa, habrá felicidad y paz. Si no entra, entonces habrá demonios. Según el Islam, el castigo de matar a un gato es “construir siete mezquitas”.

El ganso tiene un lugar especial en la cultura turca. El ganso es sagrado para algunas comunidades turcas. El ganso, según la leyenda de la creación, ayuda a los chamanes a subir al cielo. Entre los turcomanos de Tahtacı de Anatolia, se usan los símbolos de ganso y patas de ganso. El cariño de los Tahtacı hacia el ganso se basa en un fundamento religioso. El ganso es un ave que pudo sentir el asesinato de Ali. Los gansos le tiraron a Ali de su túnica para que no entrara en la mezquita donde le iban a matar. Entre los Tahtacı es un pecado cazar a los gansos.

Desde el pasado hasta hoy en día, muchas creencias siguen existiendo mezclándose con la idea islámica.